Creo que aparte del dolor por la pérdida, la parte más difícil de curar luego de este abuso son todas las emociones que, con justa causa, surgen de entender la situación en la que estuviste. Ese golpe de realidad, te descoloca y descalabra, como si te cayeras de un décimo piso.
¿Por qué? Por la razón de siempre: fuiste estafado/a.
¿Qué ocurre en las primeras etapas luego del despertar? Primero hay un dolor profundo por la situación en sí, de engaño, mentira, maltrato y saña. Pero luego de eso suele ocurrir que comienzas a transmutar el dolor por un montón de emociones que vamos a llamar “negativas”, solo por ser contraproducentes, en el sentido de que de alguna forma nos estorban, nos hacen sentir culpable y hasta incluso pensar: ¿Es que acaso no seré yo el/la narcisista o psicópata? Y es que con las lecturas y lo que escuchamos del tema, empezamos a reconocer algunas de esas emociones tóxicas en nosotros mismos como los celos, la envidia, la ira o incluso odio y es bastante común también tener un deseo muy grande de revancha, o sea venganza…
Entre pensamiento y pensamiento, donde vamos rememorando para entender mejor y reconstruir toda la historia y al darnos cuenta de “lo tontos que fuimos” o “la humillación de caer ante semejante mentira”, comienzan a resurgir una maraña de sensaciones desagradables, que se entremezclan con tristeza, desengaño y bronca. Muchas son las emociones que puedes estar sintiendo en este momento y es muy confuso, porque son muchas cosas juntas que se reviven y se intentan a la vez integrar en un todo coherente; esto resulta casi imposible de un día para el otro pero es cierto que las víctimas están muy ansiosas por resolver todas sus dudas, y todo eso las fuerza a pensar y revivir situaciones, de las más variadas. La mezcla resulta entonces, en unas ganas inmensas de poner a esa persona en su lugar porque ¿Quién no se sentiría así?. La realidad del abuso es humillante.
Cuando surgen esas emociones, la víctima comienza a pensar las formas de darle su merecido, de demostrar quién es más “vivo” o quien manda en realidad, o darle un poco de su propia medicina. Entonces casi de un modo intrusivo, su estado anímico pasa de la tristeza o sentir que se extraña a esa persona a estar día y noche planeando la forma de “destruir” al/la psicópata.
Generalmente, al principio la víctima intentará desenmascarar a esta persona frente a todos sus conocidos. Error. Si bien es válido, porque cree estar obrando por el bien común y de intentar proteger a otros, la realidad es que en este punto, se intenta dañar a la otra persona por venganza. Repito, es válido sentir esto, pero es CONTRAPRODUCENTE.
Primero que nada, la víctima no tiene ninguna oportunidad real de ganar en el campo de batalla del psicópata, “¿Cuál campo?” El de la guerra, el odio, la venganza, y el desastre general. Ellos son estrategas de guerra profesionales, ¿de verdad crees que podrás siquiera lograr el 1% de lo que planeas con tu intento de venganza?
En este intento de venganza y frente a una personalidad psicopática, la realidad es que la víctima saldrá, no sólo perdiendo sino también, siendo humillada una vez más.
Otra cuestión más es el nivel de malignidad. Más allá de qué nivel específico de malignidad tenga la persona que conoces, él o ella la maneja a la perfección y a partir de esto, logra lo que quiere porque no tiene escrúpulos para mentir descaradamente a todo el mundo, mover las fichas que necesite, comprar a la gente (con favores, con dinero, con mentiras, con chantajes, con sexo o con lo que sea) y crear los escenarios que le hagan falta para que VOS caigas y seas desestabilizado/a.
Seamos sinceros VOS NO sos así, no formas parte de todo esto y estás más allá. Eres una persona de bien, con valores, con amor en tu corazón, lo suficientemente fuerte como para no caer en territorio de debiluchos, porque sí, todo lo que refiere a actuar con resentimiento frente a alguien, a estar planeando hacer daño, inclusive de la mano de otros cómplices, no es más que el reino de los débiles que pretenden ser lo que no son. Este es el reino conquistado por narcisistas, psicópatas, tóxicos y apáticos. Levántate por sobre ellos.
Volviendo al tema, en este punto ni siquiera sabes quiénes son tus aliados realmente, no sabes quiénes son tus verdaderos amigos y más si tu vínculo traumático es de muchos años, no sabes siquiera si tu propia familia está de tu lado, porque ellos se encargan de todas las personas a tu alrededor ANTES de empezar a depredarte.
La realidad es que no controlas tu propio ambiente como para vengarte de nadie, porque como dicen por ahí, esto “es un plato que se sirve frío”. Esto quiere decir que una venganza “bien hecha” se planea con antelación, con muchísimo tiempo y realmente requiere tener en cuenta miles de factores que pueden impedirte que esta se lleve a cabo adecuadamente; ¿Quiénes tienen una buena praxis en esto? Exacto, las personalidades psicopáticas y narcisistas, quienes viven básicamente por esto, para controlar, depredar, y conseguir sus objetivos cueste lo que cueste.
Ellos viven subsumidos en un mundo de odio, resentimiento y venganzas, que si bien no tienen ninguna razón de ser para el resto de los humanos, para ellos está justificado. Merecen lo que quieren, por más que ello sea destruir a esa persona que tanto odian. Otro tema aparte es que solo tienen la capacidad de sentir verdadero odio por las personas, por lo cual, tampoco se trata de algo personal, como lo creerían las víctimas, sino que simplemente es parte de su forma de ser. Lo más cercano a “cariño” que pueden sentir por otra persona es indiferencia…
Volviendo a las emociones negativas de la víctima, éstas son válidas y justificadas por el hecho de haber pasado por un abuso narcisista y haber sido devastados; pero se entiende también que estas emociones invaden fuertemente su ser. Es un odio enorme que desborda, porque es el reverso de hecho, de todas las emociones positivas que sintieron antes.
Tratándose de un vínculo traumático, se sabe que quien fue victimizado sí sintió amor, cariño, amistad, lo que sea. La víctima si lo sintió y lo siente. Luego del descubrimiento de la estafa afectiva, todos esos sentimientos se vuelven su revés: bronca, ira, odio, deseos de destruir a quien te dañó.
En este punto, hay que entender que este estado del ser, es perfecto para las personalidades narcisistas y psicopáticas. Ellos son maestros de la manipulación y como sabemos, controlan y manipulan mejor en los ambientes de caos. Caos es lo que siente la víctima al estar pasando por esta etapa de odio y ganas de vengarse.
Al sentirte así, tienes una tendencia a dirigirte a la zona de influencia de tu perpetrador/a, ya sea para mandarle un mensaje diciéndole que sabes que es un/a psicópata, que está enfermo/a y vaya a saber cuántas cosas más, o bien yendo a verlo/a para decirle en su cara todo lo que sabes de su maldad o del engaño. Y si no es esto, igual quieres ir a hablar con todo el mundo SOBRE ESTA PERSONA, sobre lo que te hizo, sobre lo que él/ella es…
Estas acciones junto con otras que suelen hacer las víctimas para intentar sacarse la bronca de encima con él/ella, es romper el contacto cero que es esencial para comenzar la recuperación. No solo eso, sino que al entregarte en este estado emocional desestabilizante a tu depredador/a, básicamente te estás tendiendo una trampa a vos mismo/a.
No olvidemos que los narcisistas y psicópatas, viven a través de nuestras reacciones emocionales, sin importar si estas son de amor o de odio, negativas o positivas. Todo lo que implique tu energía puesta en él/ la psicópata, es proveerle de suministro narcisista.
En la etapa de los sentimientos de odio y venganza, el combustible que se le entrega al maltratador/a, es de los más potentes, frescos y deliciosos: el NEGATIVO, todas tus reacciones más fuertes de dolor, que se traducen en súplicas, gritos, llantos, insultos, ataques verbales o físicos, etc., todo ello les encanta y lo disfrutan como no te imaginas. Cuando te observan en este estado, se empoderan y engrandecen su ego; es la clara muestra de que ganó, de que logró llevarte a su terreno: el infierno del resentimiento y odio, algo que conoce muy bien y sabe, por su propia experiencia, que es de los estados más horribles en los que pueda estar una persona.
El dolor puede llevarnos a distintos caminos de resolución: a veces las personas caen en depresión, (que los/as psicópatas con sus acciones logran en la mayoría de los casos) y por eso hay cada vez más personas que no saben qué les pasó, pero han sido medicadas por supuestos trastornos de ansiedad, depresión, etc., y ni siquiera tuvieron la oportunidad de pasar por todas las etapas de recuperación correctamente, porque no pudieron siquiera situarse como víctimas de un maltratador y de un abuso psicopático.
Otros/as se vuelven apáticos, porque no han trabajado sus emociones negativas luego del abuso, y terminan consumiéndose por el estado prolongado de estas emociones, que implica que se genere un estado de resentimiento, lo cual no es sano.
Es raro que un adulto empático se convierta en personalidad psicopática luego del abuso, pero si es real el estado de apatía que puede generarse luego de esto. Todas estas víctimas han dejado de “sentir”, se han apagado sus emociones positivas y las que anteriormente las caracterizaban: su amor por la vida y la alegría se ha esfumado.
Las emociones negativas tienen un sentido por supuesto, pero hay que saber reconocerlas a tiempo para actuar de manera tal, que funcionen a favor de la recuperación y no destruyan desde adentro lo poco que nos queda. Es una etapa de vulnerabilidad máxima y debe ser tratada como tal.
Para el/la maltratador/a, que le declares la guerra, es un manjar que va a disfrutar incluso más que el abuso en sí. Y lo peor es que tienes todas las de perder con ellos. La única “guerra” que cualquier profesional idóneo recomendaría llevar a cabo, es la legal, ya que muchas veces hay juicios de por medio y ahí la víctima debe estar lo suficientemente lúcida y activa para saber jugar sus fichas adecuadamente y no perder tenencias de hijos o pertenencias, etc. Incluso en estos casos no necesitamos de la ira y las ganas de venganza de por medio, porque pueden funcionar a favor del psicópata. Pero esto es otro tema.
Si esto último no es tu caso, no te molestes en intentar siquiera vengarte de tu abusador/a. La mejor venganza y la única que realmente funciona es el contacto cero de por vida y tu recuperación, ya que nada les desestabiliza más que la felicidad de sus víctimas, y su recuperación A PESAR DE ellos.
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